sábado, 26 de septiembre de 2009

Playing for change: la vuelta al mundo en una canción


“Vamos a un escenario capaz de moverse a través del mundo” le dije a mi compañero mientras caminamos a un lugar que él no sabía dónde quedaba. “Y que éste –continúo- nos lleva a cualquier parte en la que hay un músico entonando una canción, tocando un instrumento o alguien que baila al ritmo de un son, comunicándose así y rompiendo barreras culturales, religiosas o políticas… bueno, a ese lugar es a donde te voy a llevar”.

Llegamos y nos sentamos en unas butacas muy bonitas, preparadas exclusivamente para que todos podamos disfrutar del viaje cómodamente mientras se prepara todo para arrancar. “Lo que vamos a ver es una demostración de cómo la voluntad humana puede demostrarse de cualquier manera, pero en este caso escogieron la música porque es el corazón de la vida, porque por ella habla el amor; sin ella no hay bien posible y con ella todo es hermoso.” Mi compañero me mira con avidez, entonces yo comprendo que me falta echarle el cuento completo -sólo que tengo que hacerlo rápido porque las luces ya se apagan-. “Verás, esto se llama Playing for change y es un proyecto que comenzó hace cuatro años atrás cuando un muchacho llamado Mark Johnson descubrió un cantante ambulante, Roger Ridley, en las calles de Santa Mónica en California interpretando la canción de John Lennon, Stand by me, cuya letra es súper conmovedora. Bueno, resulta que al tipo se le ocurrió la genial idea de grabar a otros músicos ambulantes como Ridley a través del mundo entero con el fin de demostrar que trabajando juntos se puede lograr todo lo que uno se plantea; y le salió muy bien porque este proyecto ya es conocido a nivel mundial, las canciones son extraordinarias y hasta se le unieron artistas como Bono y Manu Chao. Lo curioso del caso es que ninguno de los músicos que participan acá nunca se conocieron personalmente y el resultado final es fantástico, como si hubieran trabajado juntos en un estudio por largo tiempo.”

“¿Y tienen un disco?” me pregunta, mientras nos trasladamos a Livorno, Italia para comenzar a escuchar One love de Bob Marley con los acordes de un joven músico de ese país, Roberto Luti. “Sí, se dedicaron a grabar a más de 100 músicos de los cinco continentes: desde las calles y metros de las ciudades de Estados Unidos y Europa, a las villas africanas, hasta las montañas del Himalaya, tomando de cada región la expresión más autóctona de su cultura musical acoplada a las canciones que escogieron para el álbum: Songs around the world. Y no sólo es eso, también tienen un documental homónimo que súper interesante de cómo hicieron todo esto posible. A mi juicio, este disco es una especie de declaración colectiva donde a pesar de las culturas tan diferentes de los músicos, lograron demostrar en estas canciones una profunda conexión humana con un lenguaje de igualdad.”

En medio del coro de la canción recordé algo que susurré al oído a quien llevaba de sorpresa a ese lugar “¿Sabes? Después de que viajaron y recopilaron toda la música para este disco, resultó ser una experiencia tan rica que en la primavera de este año, todos estos músicos que hemos visto en todos estos países, que de paso no se habían visto nunca antes en sus vidas, se juntaron en los escenarios para hacer una gira por Norteamérica, con la finalidad de compartir el mensaje de tolerancia e inspirar a todos quienes los escuchen.”

A estas alturas de la conversación y desde nuestra butaca, ya habíamos pasado por Suráfrica, Francia, Nepal, Israel, El Congo, India, Zimbabue y la canción junto con el viaje, estaba terminando. Mi compañero no se imaginaba semejante sorpresa, no conocía nada de este proyecto antes y agradecido me dice: “con esto me doy cuenta que es verdad que la música es la única respuesta posible para algunas preguntas.”

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